La oposición al vapeo ha sido (y sigue siendo) dura y visceral, pero está restringida a los grupos organizados antitabaco que afirman luchar contra la industria tabacalera (que, erróneamente, afirman que promueve el vapeo). Se trata de organizaciones no gubernamentales (ONG) patrocinadas por Bloomberg Philanthropies y organizaciones benéficas asociadas como la Campaign for Tobacco-Free Kids, que actúan en sinergia con grupos pequeños pero influyentes de profesionales de la salud agrupados en las secciones de control del tabaco de las instituciones gubernamentales de salud pública.
La llamada crisis de EVALI en los EE.UU. proporcionó una “tormenta perfecta” que interrumpió la anterior calma de “no regulación” en América Latina. EVALI llevó el mensaje anti-vapeo a los niveles más altos del gobierno y generó una reacción pública de miedo y sospecha contra el vapeo. (Dos factores probablemente mitigaron esta crisis hasta cierto punto: (1) no ocurrieron casos de EVALI en la región, y (2) el ataque contra el vapeo se identificó directamente con los gobiernos, que son profundamente desconfiados por grandes sectores del público).
Palabras Clave: América Latina, anti-vapeo, organizaciones anti-tabaco, regulación de nicotina, regulación de los productos de riesgo reducido, Estados Unidos.