Artículo de prensa publicado el 27 de julio de 2021 en Filtermag sobre la publicación del octavo informe de la OMS obre la “epidemia” mundial de tabaquismo, destacando la “necesidad de hacer frente a las amenazas que plantean los nuevos productos de nicotina y tabaco”. El CMCT se redactó antes de la aparición del vaping. Sin embargo, la OMS parece querer aplicar esas medidas a los productos de nicotina de forma generalizada, sin diferenciar entre los cigarrillos, la primera causa de muerte evitable en el mundo, y las alternativas más seguras, como los vaporizadores y los productos de tabaco de uso oral. Esta estrategia tiende a traducirse en que la OMS aboga, si no por la prohibición total, por políticas reguladoras que dejen obsoletas las alternativas menos peligrosas al tabaquismo, especialmente en los países de ingresos bajos y medios, que son más susceptibles a la influencia filantrópica y donde vive la mayoría de los consumidores de nicotina.
Por muy mal concebida que esté, la última postura de la agencia contra el vapeo no es una sorpresa. La OMS ha adoptado esta postura -una y otra vez- en el pasado y parece que sigue ignorando las pruebas en su contra. Aunque incorpora “estrategias de reducción de daños” en su definición de “control del tabaco”, la OMS no ha querido aceptar las opiniones de expertos de un número creciente de académicos y organismos científicos -como el Real Colegio de Médicos del Reino Unido y las Academias Nacionales de Ciencia, Ingeniería y Medicina de los Estados Unidos- de que el vapeo es significativamente menos dañino que fumar.
Palabras clave: OMS, tabaco, prohibición, control de tabaco
