El ministro de Educación de Australia del Sur, Blair Boyer, ha propuesto un plan nacional para reducir el consumo de tabaco entre los jóvenes en las escuelas. Incluirá una campaña publicitaria para educar a los jóvenes sobre los efectos del vapeo en la salud y hacer frente a la desinformación. Hasta aquí todo bien. Los jóvenes no deberían fumar ni vapear y deberían recibir información precisa para tomar decisiones con conocimiento de causa. Afirma correctamente que los cigarrillos electrónicos pueden contener sustancias químicas nocivas, pero no menciona que las dosis en el vapor son sólo una pequeña fracción de los niveles en el humo y la mayoría son de poco o ningún riesgo para la salud. Afirma que una sustancia química prohibida, el diacetil, está relacionada con una enfermedad pulmonar grave (bronquiolitis obliterante o “pulmón de palomitas de maíz”). Sin embargo, nunca se ha dado un caso de esta enfermedad por fumar o vapear.
El reciente aumento del vapeo entre los jóvenes se debe al defectuoso modelo australiano de venta con receta, que dificulta enormemente a los adultos la obtención legal de nicotina para vapear. Esto ha generado un próspero mercado negro de vapers para fumadores adultos. El mismo mercado negro también vende libremente a los niños productos de vapeo dudosos y no regulados.Los vaporizadores deberían venderse como un producto de consumo estrictamente regulado para adultos (sin receta) en puntos de venta autorizados, con una estricta verificación de la edad, como en el resto de países occidentales, como el Reino Unido y Nueva Zelanda.
Palabras clave: Salud Pública, Evali, Cigarrillos electrónicos, Información, Campañas.
